Continuando con la implicación de la dieta en la concepción de un hijo, hablaremos en esta entrada de algunos de los minerales que podrían relacionarse con la fertilidad femenina, según estudios científicos, y de qué manera.
Recordemos que el excesivo consumo de algunos micronutrientes puede conducir a la malabsorción de otro, produciéndose una alteración el equilibrio, algo que debemos evitar sobre todo en esta situación.
Hierro: Niveles bajos de hierro se han relacionado con infertilidad, mientras que niveles apropiados parecen disminuir el riesgo de un aborto espontáneo. Las bebidas con cafeína y el tabaco inhiben la absorción de este mineral, mientras que la vitamina C potencia la absorción del hierro presente en alimentos de origen vegetal.
Magnesio y Selenio: Al igual que el hierro, el magnesio se relaciona con la protección frente a abortos y favorece la fertilidad. La asimilación de la combinación de estos minerales se ve potenciada por el calcio y las vitaminas B6 y D. Como en el caso del hierro y de la gran mayoría de los minerales, el café, el te y el tabaco limitan su absorción.
Manganeso: Estudios en animales sugieren que una deficiencia de este mineral puede provocar defectos en el proceso de ovulación. También podría inhibir la síntesis de hormonas sexuales. El hierro y el zinc dificultan la absorción del manganeso, mientras que la vitamina C la favorece.
Zinc: Este mineral es de vital importancia para el crecimiento y el normal desarrollo del feto. Actúa como co-adyuvante en numerosas enzimas. Es uno de los nutrientes primordiales implicados en la fertilidad y cuya deficiencia más pasa desapercibida.
El ácido fólico y el hierro dificultan su asimilación, mientras que las vitaminas B6 y C podrían facilitarla. La ingesta de alcohol o de anticonceptivos hormonales colaboran a que las reservas de zinc sean bajas. Además, la presencia excesiva de fibra o fitatos en la dieta pueden también comprometer la absorción de zinc.
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